
Acaba de saltar la noticia del fallecimiento del Papa Francisco. Hace poco escribí una especie de necrológica anticipada y no voy a repetirme ahora. Solo destacaría una serie de coincidencias culturales. Muere en la Pascua que rememora la Resurrección de Jesus. Poco antes los católicos han celebrado la Cuaresma y los musulmanes el Ramadán que conmemora la primera revelación a Mahoma.
Dejando de lado el juicio sobre la persona de Francisco, yo voy a fijarme en tres aspectos culturales. Y lo hago desde mi agnosticismo y mi comprometido laicismo. El primero es que pertenezco a un modo de vida que ha estado impregnado por la doctrina católica que nos ha tocado en suerte. Y que en cuanto tal merece mi respeto. El segundo tiene que ver con esa finura un tanto cursi y seudoprogresista que coloca el Ramadán como si fuera algo que nos perteneciera. Y no es asi. Debería criticarse con dureza. Como lo hemos hecho con las instituciones cristianas en toda sus variantes. Y la tercera, que es ocasión para enterarse de la Historia de los monoteísmos para no hablar al tuntún y al socaire de la moda política del momento.
Y ahora que descanse en paz Francisco.
Acaba de saltar la noticia del fallecimiento del Papa Francisco. Hace poco escribí una especie de necrológica anticipada y no voy a repetirme ahora. Solo destacaría una serie de coincidencias culturales. Muere en la Pascua que rememora la Resurrección de Jesus. Poco antes los católicos han celebrado la Cuaresma y los musulmanes el Ramadán que conmemora la primera revelación a Mahoma.