
La tranquilidad habitual en los alrededores del Castillo de Windsor se vio interrumpida el pasado domingo 1 de junio cuando un intruso logró acceder a terrenos protegidos de la residencia real, en una zona cercana a Adelaide Cottage, el hogar familiar del Príncipe Guillermo y Kate Middleton, quienes, según afirman diversas fuentes, se encontraban en su residencia junto a sus tres hijos.
El hombre, de aproximadamente 30 años, habría trepado un muro perimetral para colarse en la propiedad real. Sin embargo, fue interceptado rápidamente por agentes de la la Policía Metropolitana del Comando de Protección Especializada, responsables de la seguridad dentro del Castillo de Windsor.
En tanto, la policía de Thames Valley, encargada del perímetro exterior, confirmó que el sujeto fue detenido por «sospecha de invasión de un sitio protegido y posesión de drogas clase A». No obstante, horas más tarde fue puesto en libertad bajo fianza mientras se lleva a cabo una investigación más exhaustiva.
En declaraciones recogidas por ‘The Sun’, una fuente cercana al caso aseguró que el individuo se encontraba bajo los efectos de las drogas y que «irrumpió en el castillo cerca de la Puerta de la Ciudad». Además, las autoridades añadieron que «no entró en el recinto interior del castillo».

A pesar que el hombre no llegó a acceder ni al interior del castillo ni a la vivienda de los príncipes de Gales, el incidente ha generado un gran debate sobre la seguridad en Windsor, especialmente porque los miembros de la Familia Real se encontraban en su domicilio cuando ocurrieron los hechos.
Cabe resaltar que esta no es la primera vez que ocurre algo asó. En octubre de 2024, dos encapuchados lograron ingresar en la misma propiedad real y robaron varios vehículos agrícolas durante la noche, mientras que Guillermo y Kate dormían junto a sus hijos en su residencia. En medio de la preocupación, los medios británicos han recordado un episodio similar en Sandringham, donde en abril se detectaron drones no autorizados sobrevolando la zona.

Según un reciente informe del Centro de Evaluación de Amenazas Fijadas, en los últimos tres meses se han identificado casi 500 posibles acosadores de la Corona, de los cuales al menos 35 representan un nivel de alto riesgo. «Desafortunadamente, siempre habrá personas perturbadas que quieran perjudicar a la Familia Real. La difícil tarea de la policía es determinar cuáles de ellas tienen los medios y la determinación para llevar a cabo cualquier plan», declaró el exjefe del Comando de Protección Real, Dai Davies a ‘The Mirror’.
De momento, las autoridades mantiene abierta la investigación tras lo que fue calificado por los medios británicos como «un grave fallo de seguridad» a pesar del amplio dispositivo que resguarda el Castillo de Windsor.