
En un escenario de incertidumbre global, encabezado por las tensiones en Medio Oriente, el color que predominó en el mercado cripto este fin de semana fue el rojo. Ayer, bitcoin se desplomó y cotizó a US$99.161 tras el ataque de EE.UU. a instalaciones nucleares iraníes. Si bien horas después el criptoactivo logró posicionarse arriba de los US$100.000, aún se encuentra lejos de su último máximo histórico –US$111.953-.
A las 9 de hoy, bitcoin cotizó a US$101.548, con una caída del 1,4% en las últimas 24 horas, según datos de Lemon. Otras criptomonedas populares también experimentaron bajas, a excepción de solana (0,8%):
Por su parte, el dólar cripto se mantuvo estable. En detalle, USDT y USDC cotizaron a US$1, con una suba del 0,01% en las últimas 24 horas.
“La amenaza de un posible cierre del Estrecho de Ormuz, clave para el 20% del suministro global de petróleo, disparó la incertidumbre energética y financiera global, y provocó más de US$1000 millones en liquidaciones, principalmente de posiciones largas, acelerando la caída de BTC”, indicaron fuentes de Lemon a LA NACION.
A pesar de este retroceso, en Lemon registraron una “reacción contracíclica” entre sus usuarios: el volumen operado de BTC se triplicó frente al promedio de los domingos de junio 2025.
“Los eventos globales tienen efecto no solo en las criptomonedas, sino en todos los activos financieros. Momentos como este crean pánico en muchos inversores y causan volatilidad en casi todos los mercados. Como un activo global cada vez más relevante, bitcoin no es la excepción”, dijo a este medio Julián Colombo, director general de Bitso Argentina. Y, dado el contexto, aventuró que la volatilidad continuará.
Sin embargo, Colombo se mostró optimista respecto al futuro de bitcoin, con proyección a una tendencia alcista. “Su escasez programada, su resistencia a la censura y su creciente reconocimiento institucional apuntan en ese sentido. A largo plazo, su concepción como reserva de valor -especialmente en contextos de inflación alta, devaluaciones o desconfianza en monedas fiduciarias- sigue consolidándose”, detalló.
En Lemon coincidieron con esta mirada y destacaron que BTC aún cuenta con “fundamentos sólidos” para retomar su tendencia alcista. “La entrada sostenida de capital institucional, el crecimiento de los ETFs en EE.UU. y su rol como refugio en contextos inflacionarios refuerzan su posicionamiento estratégico a largo plazo”, profundizaron.
Bajo esta línea, sostuvieron que, si bien este tipo de eventos pueden generar correcciones temporales, no alteran “la narrativa de fondo”. “Si algo ha demostrado bitcoin, es su resiliencia”, enfatizaron.
El pasado 12 de junio, luego del “ataque preventivo” de Israel contra Irán, BTC cayó y su valor rondó los US$103.000. Días después, escaló hacia los US$108.000.
Los analistas señalan otros factores macroeconómicos con influencia directa sobre BTC, como el dato de inflación de Estados Unidos, publicado el pasado 11 por la Oficina de Estadísticas Laborales, y otras tensiones geopolíticas, como la de EE.UU. y China.
En números concretos, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró una suba del 0,1% en mayo, frente al 0,2% esperado por los analistas. En términos interanuales, la inflación fue del 2,4%, es decir, un 2,5% debajo de lo previsto. Tras la publicación de estas cifras, bitcoin alcanzó los US$110.000, así como también reactivó las expectativas de un recorte de tasas por parte de FED.
No obstante, desde Lemon indicaron a LA NACION que el nuevo dato de inflación representa un pequeño aumento frente al mes anterior, lo que modera el entusiasmo. “Por eso, aunque el mercado cripto tuvo un impulso, el precio de BTC no logró sostenerse en máximos y retrocedió desde los US$110.000 que tocó brevemente”, explicaron.
Por su parte, Colombo, destacó el papel de las negociaciones entre China y Estados Unidos. En detalle, ambos países acordaron que EE.UU. recibirá imanes y tierras raras-un grupo de 17 elementos químicos pertenecientes al grupo de los lantánidos y difíciles de extraer en forma pura de la corteza terrestre- del gigante asiático, mientras que los aranceles sobre los productos chinos aumentarán al 55% y se permitirá que los estudiantes chinos asistan a universidades norteamericanas, otro de los ejes del conflicto.
Al respecto, fuentes de Lemon sostuvieron que la posibilidad de una mayor estabilidad en el comercio global reduce el riesgo sistémico, así como también favorece la demanda de activos financieros, incluyendo bitcoin.
Bitcoin tocó su punto más alto –US$111.953– el pasado 22 de mayo, en el marco del Bitcoin Pizza Day.