
“Si vis pacem, para bellum“, “si quieres la paz, prepárate para la guerra”, este ha sido el mensaje que el presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump, lanzó este fin de semana a Irán y a Alí Jamenei, Líder Supremo de la república islamista.
En lo que parecía un sábado de junio más, Trump ultimaba, en secreto, un ataque aéreo a gran escala contra Irán y su programa nuclear a lo largo y ancho del país. El republicano llegó a la Casa Blanca en el Marine One y nada más aterrizar se dirigió a una reunión con su equipo en la sala de crisis.
El conflicto entre Estados Unidos e Irán ha marcado las agendas de muchas presidencias norteamericanas desde Ronald Reagan. El acceso de la República Islamista a armas nucleares ha supuesto más de tres décadas de debates, tensiones y enfrentamientos políticos en Washington.
Pero tan sólo cinco meses y los ataques unilaterales de Israel le han bastado a Donald Trump para querer eliminar por completo el programa nuclear iraní, después de haber prometido, en multitud de ocasiones, incluyendo su última campaña electoral, que su administración no entraría en ninguna guerra. El magnate neoyorquino también aseguró que dedicaría sus esfuerzos para alcanzar un acuerdo de paz tanto en Ucrania como en Israel.
Donald Trump, un líder al que no le tiembla el pulso a la hora de amenazar o mandar un ultimátum llevaba durante las últimas semanas enfriando la posibilidad de un ataque norteamericano al país persa. Durante el pasado jueves, después de encontrarse con partidarios y asesores contrarios a un ataque a Irán, el presidente estadounidense mandó a su portavoz leer en una rueda de prensa, el siguiente mensaje: “Dado que existe la posibilidad de que haya negociaciones sustanciales, que pueden o no tener lugar, con Irán en un futuro cercano, tomaré mi decisión sobre si intervenir o no en las próximas dos semanas“.
Durante el fin de semana, Trump había dado la orden de atacar Fordo, Natanz e Isfahan, tratando de evitar filtraciones y bajo secreto total. Apenas una hora más tarde de haber ofrecido una rueda de prensa, Donald Trump hizo el anuncio del ataque a través de sus redes sociales.
“Se ha lanzado una ofensiva completa de BOMBAS sobre el blanco principal, Fordo. Todos los aviones están regresando sin incidentes. Felicitaciones a nuestros valientes soldados estadounidenses. Ninguna otra fuerza armada en el mundo podría haber logrado esto. ¡ES LA HORA DE LA PAZ! Agradezco su atención a este asunto”.
Cuando Kamala Harris dio pase adelante y asumió la candidatura demócrata en lugar de Joe Biden, Donald Trump alertó a la población norteamericana de que, con una Administración liderada por Harris, sus hijos e hijas acabarían “siendo enviados a combatir en una guerra en un país del que jamás han oído hablar”.
Esta postura del magnate neoyorquino no era nueva, de forma muy similar, venía reptiendo el mismo mensaje cuando su rival era Joe Biden y mucho antes de la elecciones de noviembre de 2024. Trump basó su apoyo electoral el rechazo al “intervencionismo militar” del Partido Demócrata, todo ello bajo el lema “Estados Unidos primero”. El ahora presidente prometió, en repetidas ocasiones “cerrar para siempre el capítulo de esas guerras interminables, absurdas y sin sentido” que “nunca parecían acabar”.