
Una sofisticada red de lavado de dinero utilizada por el Tren de Aragua fue desmantelada en un operativo coordinado por la Fiscalía y la Policía de Investigaciones, que culminó con 52 personas detenidas y más de 250 cuentas bancarias congeladas.
La organización criminal había logrado mover 13,5 millones de dólares provenientes de delitos como narcotráfico, trata de personas, extorsiones y sicariatos, entre 2022 y 2024.
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Según la investigación, el proceso de blanqueo seguía tres etapas: primero, se reclutaban testaferros chilenos sin antecedentes, que abrían decenas de cuentas bancarias con sus RUT y luego las abandonaban tras generar movimientos sospechosos.
En una segunda fase, se creaban empresas de papel que permitían justificar flujos de dinero y abrir nuevas cuentas.
Finalmente, los fondos eran enviados al extranjero, principalmente mediante depósitos en efectivo a través de cajeros automáticos y la compra de criptoactivos, una vía que les permitía mover grandes sumas sin dejar rastros en el sistema financiero formal.
“Hito histórico”
El director de la PDI, Eduardo Cerna, explicó que el grupo utilizó “la banca formal, utilizando testaferros, cuentas digitales, aperturas de uno o dos días y cierres, muchos flujos de dinero y criptomonedas”, mecanismos que, pese a su complejidad, fueron detectados gracias al cruce de datos financieros y tecnológicos.
Para el fiscal nacional, Ángel Valencia, este tipo de operativos apunta al corazón de las organizaciones criminales: “Los sujetos que delinquen son reemplazables, pero no lo es su dinero ni las redes que emplean para sacar el dinero del país”.
La fiscal regional de Tarapacá, Trinidad Steinert, valoró el golpe como un punto de inflexión, pero advirtió que aún queda trabajo: “Hoy tenemos un hito histórico, sabemos quiénes participaban de esto, pudimos dar el golpe. Se da un paso histórico, pero tenemos que seguir”.