
¡Fuerza, Miguel! fue el mensaje que se escuchó al unísono en la mayoría de las ciudades colombianas. En Bogotá, miles de personas marcharon desde el Parque Nacional hasta la Plaza de Bolívar, lugar que fue epicentro de oraciones, arengas y un minuto de silencio.
Cuando el cielo de la capital se llenaba de bombas blancas, algunas de ellas con el rostro de Miguel Uribe, salieron algunos senadores y representantes del Congreso de la República a agradecerles a las personas que se conglomeraron para pedir paz en el país.
Miguel Uribe, senador del Centro Democrático y precandidato presidencial. Foto:Prensa Miguel Uribe
La Marcha del Silencio estuvo permeada de camisetas blancas, banderas y el himno de Colombia, que acompañó durante más de tres kilómetros y cuatro horas la movilización que unió al pueblo colombiano y a varios sectores políticos que pidieron por la salud del senador y precandidato presidencial.
Familias enteras con sus mascotas, jóvenes universitarios, adultos mayores, miembros de la reserva del Ejército y líderes sociales caminaron en silencio, sosteniendo bombas blancas y pancartas con mensajes de solidaridad. Las arengas políticas no faltaron, pero el silencio y la solidaridad fueron el mensaje más contundente.
La capital de Antioquia y del Valle se unieron al llamado
Medellín también respondió de manera masiva. Aunque la convocatoria en la capital antioqueña era para las 10 a. m., desde tempranas horas de la mañana las personas comenzaron a llegar a la Avenida Oriental con la Avenida La Playa, donde comenzaría la movilización.
Con camisetas blancas, de la Selección Colombia y pancartas con mensajes alusivos a Miguel Uribe, miles de personas llegaron a este punto del centro de Medellín.
Marcha del silencio en Bogotá Foto:Juan David Camcho
“Hoy es la Marcha del Silencio, por eso hoy no habrá discursos ni arengas políticas; será un espacio para orar por la salud de Miguel Uribe y para pedir que cese la violencia en Colombia”, expresó el concejal Andrés Felipe Rodríguez, uno de los líderes de este tipo de convocatorias en la ciudad.
Por su parte, Cristian Halaby, reconocido empresario de la región y primo de Miguel Uribe Turbay, calificó de “apoteósica” la jornada.
“Miguel hoy levantó a Colombia entera y nos puso a todos en la tarea de salvar el país, porque este no puede seguir siendo el país de los huérfanos y la violencia, donde nadie gobierna, donde todo es un desastre. Este tiene que ser el país de las oportunidades, el país que se levanta, como toda Colombia hoy en esta marcha por la paz”, expresó Halaby.
La Alcaldía de Medellín informó que desde las 8 a. m. se instaló el Puesto de Mando Unificado (PMU) en la sede de la Secretaría de Seguridad, donde se articularon todas las entidades del Estado con presencia territorial para garantizar el desarrollo tranquilo y sin incidentes de la jornada, la cual terminó con un rosario para pedir por la recuperación de Miguel Uribe Turbay.
Con rosario se pidió por la salud de Miguel Uribe en Medellín. Foto:Alejandro Mercado
Datos oficiales de la Alcaldía indican que fueron más de 50.000 las personas que participaron en la Marcha del Silencio en la ciudad.
“En nuestra ciudad, más de 50.000 personas salieron a las calles para decirle al país que rechazamos la violencia y que defendemos la democracia. La jornada ha transcurrido en calma, con respeto, con dignidad”, informó el alcalde Federico Gutiérrez.
En Cali, miles de personas participaron en la movilización, que fue encabezada por una caravana que portaba una bandera de Cali de 800 metros de largo —casi un kilómetro de extensión—, confeccionada por unas bordadoras por encargo del exconcejal de la ciudad y empresario Carlos Andrés Clavijo. Esta bandera recorrió los 4,5 kilómetros de la multitudinaria marcha de este domingo.
Con una bandera de Colombia gigante marcharon las personas en Cali. Foto:Juanfotosadn
Los participantes llegaron vestidos con camisetas blancas, algunos con globos, otros con margaritas, y agitando banderas del tricolor nacional. Retumbaban las vuvuzelas mientras avanzaban por la Calle Quinta, el corredor vial que une el norte con el centro y el sur de Cali.
Durante el trayecto, los miles de manifestantes que atiborraron la Quinta en dirección hacia la plazoleta Jairo Varela —icónica por su trompeta en honor al maestro del Grupo Niche— entonaban la frase “¡Fuerza, Miguel!” y oraciones como el santo rosario.
Marcha del Silencio en Cali Foto:Juan Pablo Rueda Bustamante
Al paso de los marchantes, los vehículos que circulaban en sentido contrario hacia el sur hacían sonar las bocinas en respaldo a la manifestación contra los violentos.
Muchos decían durante la marcha: “Qué buena celebración del Día del Padre”. De manera calmada, la movilización continuó sin afanes, bajo un intenso sol. Al igual que en Bogotá, también hubo un minuto de silencio, seguido por los himnos de Colombia y de Cali.
La movilización en el Caribe y el Oriente
Barranquilla también se volcó en apoyo al senador Miguel Uribe . Congresistas, empresarios y ciudadanos clamaron por la paz en la plaza de la Paz: “Colombia no se deja amedrentar”
En un acto cargado de simbolismo y unidad, la Plaza de la Paz de la capital del Atlántico se convirtió este domingo en el epicentro de una movilización ciudadana. Cientos de personas vestidas de blanco, ondeando banderas de Colombia y Barranquilla, se congregaron desde temprano bajo el lema “¡Fuerza Miguel, Fuerza!”, como muestra de solidaridad y llamado urgente por la paz en el país.
Desde la Puerta del Sol, los bumangueses se unen a la Marcha del Silencio. Foto:Melisa Múnera
La jornada inició con una concentración multitudinaria que desbordó el emblemático espacio público del centro de la ciudad. Luego, los asistentes se dirigieron a la Catedral Metropolitana María Reina, donde se celebró una eucaristía en la que se elevó una oración por la salud del senador Uribe. Entre los asistentes destacaron figuras del Congreso, líderes gremiales, empresarios, concejales, diputados y ciudadanos de los distintos municipios del Atlántico.
El presidente del Senado, Efraín Cepeda, fue enfático en rechazar los discursos violentos que, según él, han contaminado el debate político. “Yo creo que ese lenguaje ofensivo de odio de algunos sectores políticos llega a estas malinterpretaciones de que hay que cegarle la vida a alguien. Pero Colombia es más que eso, es un país de valientes que no se deja amedrentar”, afirmó desde el atrio de la Catedral.
Por su parte, el senador barranquillero Mauricio Gómez Amín agradeció el respaldo masivo que recibió la convocatoria en su ciudad natal. “Estamos felices por la acogida en el departamento, en Barranquilla. Toda la gente de los municipios vino. Yo estoy muy agradecido con los senadores, concejales, diputados y el gobernador. Gracias al Atlántico por su apoyo”, expresó. Gómez Amín también exhortó a los asistentes a mantener viva la esperanza: “Sigamos orando por Miguel y por la paz de Colombia, que se ha visto empañada por estos actos de violencia”.
La marcha del Silencio en Barranquilla Foto:Leonardo herrera
Al finalizar la misa, cerca del mediodía, los asistentes regresaron a la Plaza de la Paz, donde, pese al inclemente sol, mantuvieron la concentración ondeando banderas y repitiendo el grito que marcó la jornada: “¡Fuerza Miguel, Fuerza!”.
Desde las 9 de la mañana, en la carrera 27, en el sector de la Puerta del Sol en Bucaramanga, se registró una gran afluencia por parte de los santandereanos.
La marcha duró casi dos horas hasta llegar a la carrera 15 con calle 36, en el centro de la capital de Santander, para enviar un mensaje al Ministerio de Defensa, Pedro Sánchez, y pedir por la paz de Colombia.
Las personas, vestidas de blanco, con banderas de Colombia, sombreros vueltiaos y mensajes alusivos a la salud de Miguel Uribe, pedían fuerza para Colombia y que el país no siga siendo blanco de actos terroristas ni ataques a la democracia.
Desde la Puerta del Sol, los bumangueses se unieron a la Marcha del Silencio. Foto:Melisa Múnera
Los colombianos en Bucaramanga manifestaron estar cansados de las guerras entre partidos políticos, los ataques de bandas criminales y de los grupos al margen de la ley. Los santandereanos se unieron en una sola voz para pedir por la paz de Colombia, para unirse y dejar atrás los conflictos que dejan más vidas afectadas.
Con un plantón terminó este encuentro que no tuvo tinte político, sino que nació desde el “dolor de patria”, como lo indicaron los ciudadanos.
Redacción Nación