
A pesar de los esfuerzos de la FIFA por promocionar el torneo, incluso habiendo incrementado a casi 50 millones de dólares el coste de marketing en busca de impulsar la asistencia, el Mundial de Clubes no ha podido evitar quedar en evidencia este lunes. En un Mercedes-Benz Stadium desértico, con apenas 22.137 espectadores, el Chelsea debutó con victoria ante Los Ángeles FC en un partido que despierta más dudas si cabe sobre la nueva competición de Gianni Infantino.
La FIFA llevaba meses intentando evitar algo que al final ha terminado siendo inevitable, una imagen sonrojante que ha quedado expuesta a ojos de todo el mundo. De los 71.000 espectadores que pueden entrar en el Mercedes-Benz Stadium, durante el Chelsea-LAFC solamente asistieron 22.137 que vivieron en primera persona el debut con victoria de los londinenses en Atlanta.
Un Mundial con mucho margen de mejora
No funcionaron las estrategias de marketing, la inversión en redes sociales o las colaboraciones con influencers para atraer el torneo a los más jóvenes. El proyecto de Gianni Infantino sufrió su primer revés a nivel de imagen a pesar de que el propio presidente de la FIFA aseguró que en cada una de las doce sedes del torneo se anticipaba “una gran asistencia y un ambiente vibrante” para cada partido.

Imagen de las gradas del Merecedes-Benz Stadium de Atlanta / EFE
Las explicaciones del fracaso en las gradas son diversas. Uno de los principales motivos tiene que ver con el horario del partido; el Chelsea-LAFC se disputó a las 15:00 horas local en un día laboral en Atlanta, haciendo complicado para los asistentes poder presenciar el encuentro en directo desde el estadio. Tampoco ayudaron el precio de las entradas, que como apunta ‘AS’ bajaron el precio tras iniciar el partido viendo la escasa cantidad de asistentes en las gradas del Mercedes-Benz Stadium.
Más expectación tuvieron partidos como el inaugural entre Inter Miami y Al Ahly, con 60.927 espectadores, o el PSG-Atlético de Madrid con 80.619 en el Rose Bowl. Sin embargo, parece que los partidos con menos interés no terminan de despertar el empuje de los aficionados, siendo una buena muestra de ello el Bayern-Auckland City que reunió a solamente 21.152 personas en el estadio TQL de Cincinnati.
Sea como fuere, parece evidente que la FIFA tiene trabajo por hacer de cara a las próximas ediciones del Mundial de Clubes. Como informó The Athletic, en el organismo existía una división entre quienes abogaban por utilizar estadios más pequeños y otros que querían llevar el torneo a estadios tan grandes como fuera posible. En otro sentido, el precio de las entradas también ha sido un punto de debate; los precios que se fijaron hace un año no bajaban de las tres cifras, aunque la FIFA se vio obligada a reducirlos ante el temor de no llenar los estadios como ha terminado sucediendo este lunes.