
Las informaciones en torno a Alejandro Sanz e Ivet Playà, una fan y extrabajadora de su equipo, quien lo señala por supuestas «conductas inhumanas y espionaje», siguen dando que hablar. Hace unas horas, el cantante rompió su silencio a través de sus redes sociales ante el revuelo de las acusaciones en su contra. «Ivet, yo tenía un recuerdo muy bonito de nosotros dos personas adultas compartiendo su cariño, siendo libres. Qué pena que este sentimiento se haya roto ahora», escribió en su cuenta de Instagram.
Además, el intérprete de ‘Amiga mía’ señaló que la joven le ofreció el pasado mayo invertir en unos negocios familiares suyos y que finalmente, «tras revisarlo con mis abogados, te dije que no… Siento que tu reacción sea esta, pero quiero que sepas que nunca he sido partícipe de estas prácticas y así seguiré toda mi vida. Te deseo encuentres tu camino y felicidad», concluyó.
Todo empezó cuando la joven de 24 años se pronunció a través de su cuenta de TikTok, asegurando que su vínculo con el artista comenzó como «un sueño» cuando ella tenía 18 y él 49, pero que con el tiempo terminó siendo «una terrible pesadilla». En el material, Ivet relató que su primer contacto con Sanz fue a través de las redes. «Sabía perfectamente lo que yo era: una niña que con 19 años se puso a trabajar de dependienta para recorrerse toda España, detrás de él… Me hice 10 conciertos en un mes y medio y él lo sabía», sentenció.
Según su versión, Playà dejó su hogar en Barcelona y se trasladó a Madrid para trabajar con el cantante, fue entonces cuando empezó a vivir situaciones que calificó como alarmantes. «Nos espiaban las conversaciones que manteníamos por privado», señaló y aseguró que su relación con el cantante pasó de lo profesional a lo «íntimo y sexual». «Me siento engañada, utilizada, humillada e incluso sucia porque no sé quién ha podido llegar a ver lo que yo le mandaba en mi más absoluta e íntegra intimidad», manifestó.

En medio de esta controversia, la periodista Nuria Marín, informó que el entorno del artista también se ha pronunciado. «Sí que es verdad que esta chica es contratada para unificar los clubes de fans, pero ella es despedida», explicó y añade que el círculo de Alejandro desmiente cualquier tipo de vínculo íntimo entre ellos. Además, Marín revela que Ivet solía enviar solicitudes de amistad a personas del entorno de Sanz e insistía si no recibía respuesta. «Ella asegura que la relación con él se termina en septiembre del año pasado, pero es que a mí me cuentan que en enero de este año, cuando Alejandro Sanz fue a ‘La Revuelta’, ella se presentó a la puerta del teatro e insistió con querer ver al cantante«, señaló.
Por el momento, ni el cantante ni su equipo legal han anunciado acciones legales tras estas declaraciones. Tampoco se ha confirmado si la joven emprenderá algún procedimiento formal. Mientras tanto, el testimonio sigue generando reacciones en redes sociales, donde se ha reabierto el debate sobre los límites de las relaciones entre figuras públicas y sus admiradores.