
Día a día, el conflicto abierto entre Irán e Israel sigue escalando. Y, con ello, también lo hace la preocupación del tejido económico mundial, que ve en estas tensiones al alza un motivo -más- de incertidumbre que puede perjudicar sus negocios. Y la Comunitat Valenciana no es una excepción. En concreto, en un momento en que los ataques entre ambos países están siendo continuos, desde el Consejo de Cámaras de la Comunitat Valenciana se señala que la principal preocupación no está tanto en los intercambios comerciales que hay entre ambos países, como en si finalmente el país persa cumple su amenaza y bloquea el estrecho de Ormuz, punto de paso clave del petróleo al transitar entre un 20 % y un 30 % del crudo mundial. Un movimiento que podría encarecer -como ya está pasando- los barriles producidos y, de ahí, también los combustibles.
De ahí que, entre esos riesgos, desde la entidad cameral avisan que el principal problema que se ve a día de hoy está en que “cierren el estrecho de Ormuz y provoque un corte de suministro de petróleo y subida de precios”. Solo en una semana, el precio del barril de Brent -referencia para el Viejo Continente- ha pasado de costar 69,36 dólares a encarecerse hasta los 76,45. Una subida que se traduciría en “una subida de precios generalizada a medio plazo” en un momento en el que la inflación “se encuentra controlada en el 2 %”.
Los intercambios comerciales
Junto a ello, hay que destacar que -a cierre de 2024 y según los datos de la Secretaría de Estado de Comercio- la Comunitat Valenciana había exportado a Israel por valor de 271 millones de euros -siendo con ello el principal mercado de venta en Oriente Medio para la autonomía- con los productos cerámicos como principal foco de esas exportaciones. No en vano, casi la mitad -en concreto, 120 millones de euros- de esas ventas fueron ligadas al ‘taulell’, una categoría a la que siguieron las materias plásticas y sus manufacturas (22 millones) y las máquinas y aparatos mecánicos (13 millones). En lo que respecta a las importaciones, en el pasado ejercicio estas ascendieron hasta los 90 millones, de los cuales 19 estaban ligados a esas materias plásticas.
Mucho menos trascendentes son los intercambios comerciales con Irán. Porque la exportación de productos valencianos a este enclave solo fue por valor de 6,6 millones de euros en 2024, siendo la mitad de ellos de abonos (1,7 millones) y pinturas y colorantes (1,5 millones). Más importancia tuvo la importación, cuyo importe en los doce meses del pasado ejercicio, rozó los 44 millones de euros. En concreto, las compras valencianas se hicieron sobre alimentos como el jenjibre y el azafrán (19,1 millones de euros) o las frutas frescas (15 millones). Datos, eso sí, que no alcanzan para que el país persa sea uno de los diez proveedores para la Comunitat más importantes de Asia.
Aunque estas cifras -a las que se suman las alrededor de 1.100 empresas de la autonomía que hacen negocio entre ambos países– no sean a priori un gran inconveniente para la balanza comercial valenciana, la realidad es que si los ataques siguen escalando la preocupación también aumenta. Según describen desde Cámara, el segundo riesgo que se vislumbra actualmente “es que el conflicto se extienda a toda la región de Oriente Medio”, porque en ese caso “nuestras exportaciones sí se verían más resentidas”, además de que habrá “un incremento de los costes de riesgo asociados a las operaciones comerciales”.
Sin afección turística
Más allá del apartado comercial, donde parece que no está teniendo trascendencia por el momento este conflicto es en el ámbito turístico. Como explica la presidenta de CEV Valencia y vicepresidenta de la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV), Eva Blasco, esta es una zona que “ya estaba muy afectada por la guerra entre Israel y Palestina y las reservas eran mínimas”. “Hay movimientos corporativos, pero ya”, concluye.
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