
Tras los bombardeos de Estados Unidos sobre tres instalaciones nucleares iraníes -Isfhán, Natanz y Fordo- el conflicto ha escalado a un nivel superior. A pesar de que Donald Trump iba a tomar una decisión en “dos semanas” sobre intervenir o no en el conflicto, finalmente ha decidido atacar llevando a cabo una operación planificada desde hace meses, tal y como ha informado el Pentágono.
Un ataque que Trump ha calificado de “éxito” y de “momento histórico”. Aunque en comparecencias posteriores el Gobierno estadounidense ha asegurado que esto no significa que Estados Unidos esté en guerra con Irán, lo cierto es que esa no es la sensación que reina en el mundo.
De hecho, el ministro de Exteriores de Irán, Abás Araqchí, ha advertido de que Estados Unidos “ha traicionado la diplomacia” y que “ha cruzado todas las líneas rojas”. Igualmente, han avisado al país norteamericano de “consecuencias duraderas”. “Todos los miembros de la ONU deben estar alarmados por esta conducta extremadamente peligrosa, ilegal y criminal”, ha sentenciado.
El precio del petróleo se dispararía
Una de las peticiones del Parlamento iraní es el cierre del estrecho de Ormuz. La decisión final la tiene el ayatolá Alí Jamenei, pero el general Emaeil Kousari, integrante de la Comisión de Seguridad del Parlamento en declaraciones a la radio televisión pública iraní ha asegurado que “hay que cerrar el estrecho”.
Por su parte, expertos como el responsable de estrategia de materias primas de ING Research, Warren Patterson, avisaron a mediados de mes que un escenario de escalada eleva la posibilidad de interrupciones en el transporte marítimo, lo que afectaría a los flujos de petróleo del Golfo Pérsico.
“Una interrupción significativa de estos flujos sería suficiente para impulsar los precios a 120 dólares por barril”, algo que podría provocar que el Brent cotizara a máximos históricos, superando el récord de 150 dólares por barril de 2008.
El estrecho de Ormuz se sitúa entre el Golfo Pérsico y el Golfo de Omán. Por él transitan al día un promedio de 13 buques cisterna que transportan más de 15 millones de barriles de petróleo. Irán es un importante productor de petróleo, con un bombeo de 3,3 millones de barriles diarios de crudo y exportaciones cercanas a los 1,7 millones.
Es una ruta clave en el transporte marítimo mundial
Estas cifras suponen ni más ni menos que el 20% del petróleo mundial, así como una parte muy importante del gas natural. Europa importa petróleo y gas natural de los países del Golfo, por lo que un bloqueo del Estrecho de Ormuz supondría un aumento disparado de los precios mundiales del petróleo.
Las industrias de toda Europa se verían perjudicadas, sobre todo los sectores del transporte y agrícola. Además, el conflicto podría extenderse a otras regiones, porque Europa, Estados Unidos y los países del Golfo se enfrentarían. De hecho, Francia o Reino Unido, miembros de la OTAN tienen presencia naval en la zona.
De igual manera, el Estrecho de Ormuz es una ruta clave para el transporte marítimo mundial, por lo que un cierre podría suponer un retraso de importaciones de materias primas, productos electrónicos o bienes de consumo.