
Una nerviosa tranquilidad marca el arranque de los mercados financieros en la sesión del lunes, la primera después de que Estados Unidos se sumara al conflicto entre Israel e Irán. Pese a haberse confirmado una escalada de imprevisible salida, escenario que los inversores temían la semana pasada, de momento los operadores prefieren esperar acontecimientos. Los precios del petróleo, termómetro de la presión en Oriente Próximo, subieron con fuerza en las primeras operaciones en los mercados asiáticos, con precios de 81 dólares para el barril Brent, pero luego han moderado los ascensos. Antes de la apertura de las Bolsas, los futuros del petróleo Brent, de referencia en Europa, suben más del 2%, hasta los 77 dólares por barril, mientras que los del West Texas aumentan un 2%, hasta los 75 dólares.
El mercado aguarda la represalia de Teherán. El Parlamento iraní pidió este domingo el cierre del estrecho de Ormuz, un enclave estratégico para el comercio del petróleo y el gas, el escenario más temido por los analistas. Pero de momento no hay anuncios oficiales ni señales al respecto, por lo que el mercado mantiene una relativa calma a la espera de nuevos eventos. Al igual que en el petróleo los movimientos son moderados, los futuros de las Bolsas marcan leves caídas, del 0,5% en el Euro Stoxx 50 y del 0,2% en el S&P 500 estadounidense. El Ibex 35 anticipa descensos del 0,2% en la preapertura.
El bloqueo de esta vía marítima clave en Oriente Próximo podría interrumpir gravemente los suministros de crudo y crecen los temores por el impacto en la economía global, ya herida por la política de aranceles de la Administración Trump. La escalada bélica entre Israel e Irán, y ahora con la participación de EE UU, eleva al máximo la incertidumbre en los mercados financieros, mientras la atención se centra en la posible respuesta de Irán al ataque estadounidense. En Asia, el Nikkei baja un 0,6% a media sesión y las Bolsas chinas registran descensos aún inferiores.
Sobre el papel, una respuesta virulenta del régimen iraní debería provocar una salida de los activos de riesgo, pues es más probable un escenario de escalada militar. De momento Teherán se ha dejado abiertas “todas las opciones”, y ahí entra el temor de los inversores a que el conflicto en Oriente Medio repercuta el suministro de los hidrocarburos. Además del posible ataque a infraestructuras petroleras, por las aguas del estrecho de Ormuz se transporta alrededor de un 20% de la producción mundial de crudo y de gas licuado. Por este angosto paso (el canal navegable tiene unos pocos kilómetros de ancho), que limita al Norte con Irán, transitan cada día un promedio de 13 superpetroleros que transportan más de 15 millones de barriles de petróleo. Un cierre prolongado del estrecho provocaría problemas de suministro energético global.
Si se diera esta situación, los analistas esperan fuertes subidas del precio, en algunos casos hasta los 120 dólares. Esta madrugada, los analistas de ANZ señalan que los ataques estadounidenses contra Irán marcan una “grave escalada” en el conflicto y prevé que los precios del petróleo oscilen entre los 90 y 95 dólares por barril. Pero, como explica Charu Chanana, estratega jefe de inversiones de Saxo, de momento “los mercados están tratando los ataques estadounidenses contra Irán como un evento puntual, en lugar de como el inicio de una guerra más amplia”, al menos de momento.
Los activos de riesgo están mostrando resistencia, y los valores refugio no brillan como en otras jornadas de turbulencias. El oro, de hecho, baja un 0,35% mientras la deuda estadounidense a 10 años sube levemente su rentabilidad (es decir, baja el precio). En las divisas, el dólar avanza ligeramente con los operadores buscando seguridad. La moneda estadounidense sube un 0,2% frente al yen, alcanzando un máximo de un mes. El euro baja un 0,25% frente al ‘billete verde’, hasta los 1,1495 dólares. Los estrategas de Bank of America afirmaron que el dólar-yen podría revalorizarse al alza si los precios del petróleo se mantienen elevados, señalando que Japón importa casi todo su petróleo, más del 90% del cual proviene de Oriente Medio, mientras que Estados Unidos, primer productor del mundo, es en gran medida independiente en materia energética.
Carol Kong, estratega de divisas del Commonwealth Bank of Australia, cree que los mercados están a la expectativa de la respuesta de Irán, “con más preocupación por el impacto inflacionario positivo del conflicto que por el impacto económico negativo”. Sostiene que “los mercados de divisas estarán a merced de los comentarios y acciones de los gobiernos iraní, israelí y estadounidense”. Y añade: “los riesgos apuntan claramente a un mayor alza en las divisas refugio si las partes intensifican el conflicto”.
Mientras Irán calibra sus opciones, Donald Trump mantiene su intensa actividad en redes sociales, donde ha jugado con la idea de provocar la caída del régimen iraní, un escenario que supondría aún más inestabilidad. “No es políticamente correcto usar el término Cambio de Régimen, pero si el actual régimen iraní es incapaz de HACER A IRÁN GRANDE DE NUEVO, ¿por qué no habría un cambio de Régimen?“, escribió Trump en Truth Social. ”¡MIGA!“, añadió. Horas antes, por el contario, había incidido en que el objetivo del ataque era el programa atómico. “Se causaron daños monumentales a todas las instalaciones nucleares de Irán”. “El mayor daño se produjo muy por debajo del nivel del suelo. ¡En el blanco!”, escribió en su plataforma Truth Social. Trump ha instado a Irán a renunciar a cualquier represalia y afirmó que el gobierno “debe ahora hacer la paz” o “los futuros ataques serían mucho mayores y mucho más fáciles”. De este tira y afloja dependerá, en las próximas horas y días, el mercado petrolero, las Bolsas y en buena parte, la economía mundial.
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