
El temor a una recesión económica global se abre paso de forma arrolladora en el inicio de la semana, hundiendo las Bolsas por tercera jornada consecutiva y desplomando también el precio del petróleo. El barril Brent pierde casi el 4% y retrocede hasta los 63 dólares, el nivel más bajo de los últimos cuatro años, mientras que la variante West Texas pierde más del 3% y se sitúa por debajo de los 60 dólares, también en su nivel más bajo desde 2021.
La declaración de guerra comercial de Donald Trump al resto del mundo lanzada el pasado miércoles ha abierto la caja de los truenos y economistas e inversores dan cada día que pasa más probabilidades a una recesión económica en EE UU que termine por contagiar al resto del mundo. El hecho de que el presidente de Estados Unidos no haya lanzado ninguna señal durante el fin de semana que invite a esperar que los aranceles anunciados podrían terminar siendo inferiores, y cuya aplicación se espera a partir de este mismo miércoles, agrava el nerviosismo en los mercados financieros. La decisión de China de aplicar sobre las importaciones de productos de EE UU el mismo arancel del 34% que le impone Trump para la venta de sus productos ha elevado además el conflicto comercial entre las dos mayores economías del mundo.
Las revisiones a la baja se suceden a toda prisa. Goldman Sachs ha recortado hoy por segunda vez en menos de una semana su previsión para el precio del petróleo y ahora espera que el Brent se sitúe en diciembre en los 62 dólares el barril -cerca del nivel actual-, tras una rebaja de cuatro dólares frente a la previsión anterior. Para el barril West Texas, su estimación a diciembre es de 58 dólares. En 2026, calcula que el Brent retroceda a los 58 dólares y el West Texas, a los 55 dólares.
Este recorte en las previsiones del precio del crudo por parte del gigante estadounidense de la banca de inversión se enmarca en el nuevo ajuste de estimaciones económicas que acaba de hacer para EE UU. Así, Goldman Sachs ha elevado, también por segunda vez en los últimos días, la probabilidad que concede a una recesión en EE UU del 35% al 45% y advierte que en el caso de que se implementen la gran parte de los aranceles anunciados por Trump este 9 de abril, su previsión para la economía estadounidense será directamente el de una recesión.
Ese miedo a la contracción de la economía, consecuencia de la ruptura abrupta de relaciones comerciales y de un incierto nuevo escenario plagado de aranceles, es el principal motivo de descenso del precio del petróleo. Pero a su retroceso se suma también la decisión tomada el jueves por la OPEP de elevar su producción de crudo a partir de mayo en mayor cuantía de lo esperado. El cartel petrolero liderado por Arabia Saudí y al que se suma Rusia va a acelerar por tanto el levantamiento que tenía previsto a sus limitaciones de producción y a partir de mayo bombeará 411.000 barriles diarios, el triple de lo que había estimado para ese mes. Además, Arabia Saudí también ha decidido aplicar la mayor rebaja en dos años al precio al que vende su petróleo a los compradores asiáticos.
La OPEP pretende recuperar cuota de mercado en la producción de crudo y toma su decisión de elevarla justo cuando los precios están cayendo con fuerza. El cartel petrolero ya había recibido en enero, cuando el petróleo estaba en los 75 dólares el barril, presiones de Donald Trump para elevar su producción y contribuir a un abaratamiento de precios que facilite los recortes de tipos de la Reserva Federal. Con su política de aranceles y el temor a la recesión, el petróleo se ha abaratado con fuerza al tiempo que desciende el coste de financiación para EE UU con la caída de rentabilidad de los bonos. El mercado espera ahora más recortes de tipos de la Fed, si bien también se espera que los elevados aranceles eleven de nuevo la inflación en Estados Unidos, lo que complicaría esas rebajas del precio del dinero. Por lo pronto, el precio de la gasolina sí se está abaratando y los futuros muestran un descenso del 3% en Nueva York, al nivel más bajo desde febrero.