Las exportaciones de China a Estados Unidos cayeron un 21% en abril. El inicio de la guerra comercial empieza ya a mostrarse en las estadísticas duras. Esto ya no es un deterioro de la percepción, sino cambios reales en los flujos comerciales. Los datos publicados por Pekín el viernes muestran que la entrada en vigor de los aranceles de EEUU, anunciados el 2 de abril pero aplicados, principalmente, a partir del día 9, tuvieron ya un primer impacto significativo, con una caída del 21% respecto al mismo mes del año anterior.
Sin embargo, las exportaciones totales de China crecieron un 8,8%, superando claramente las expectativas de los analistas, que esperaban un avance mínimo, del 2%, frente a un ritmo de crecimiento del 12,4% registrado hasta el mes anterior. ¡Sorpresa!
Los productores chinos se las apañaron para abrir camino en otros mercados y así redirigir los bienes que antes colocaban en Estados Unidos. Porque con un arancel del 145%, las operaciones entre las dos potencias mundiales son casi imposibles. China exportó a la región del Sudeste asiático, en buena medida porque está haciendo comercio de falsa bandera, exportando desde otros países, como Vietnam o Camboya. Pero su verdadero refugio ante la guerra comercial fue Europa.
Las exportaciones de China a la Unión Europea subieron un 8% respecto del mismo mes del año anterior en volumen. Esto es, un incremento muy superior al avance de la demanda interna en Europa.
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Esta es la primera señal del cambio en los flujos comerciales provocado por la guerra arancelaria de Trump. Los productores chinos empiezan a buscar compradores en Europa ante la imposibilidad de vender en Estados Unidos. La entrada de bienes baratos desde China es una amenaza para la industria interior, ya muy debilitada por la invasión de Ucrania y la crisis del gas.
No sólo eso: existe un temor de que Pekín conceda ayudas públicas a los productores para entrar en nuevos mercados. La alternativa es cerrar líneas completas de la producción que antes vendía en EEUU. El dumping ahogaría a la industria europea.
También Canadá
Pero no sólo China está mirando a Europa. Esta semana también se publicaron los datos del comercio exterior de Canadá, en su caso, correspondientes al mes de marzo. Canadá fue, junto a México, el primer país golpeado por los aranceles de Trump, lo que hace que el impacto ya se observe en los datos de marzo.
Las exportaciones de Canadá hacia EEUU se redujeron un 6,6% respecto a febrero. Una caída que se vio compensada casi íntegramente por las ventas a otros países, especialmente europeos. Las exportaciones a Francia crecieron un 27% mensual y a Alemania, un 50%. Esta subida tan drástica se explica, en parte, porque las exportaciones de Canadá hacia Europa eran bajas. Pero lo que es indudable es que se empieza a observar una desviación del comercio mundial hacia Europa, el único mercado capaz de generar una demanda similar a la estadounidense.
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Es cierto que estos datos todavía están muy afectados por el efecto anticipación. Los exportadores adelantaron sus entregas desde enero hasta marzo, lo que generó ya una desviación inicial del comercio. Es posible que algunas de las ventas a Europa se pospusieran al inicio del año y posteriormente se recuperaran cuando entraron en vigor los aranceles.
Pero para la Unión Europea es la señal que despierta los temores. Probablemente hasta dentro de dos o tres meses no tenga datos ya estabilizados de los nuevos flujos comerciales, pero sólo la amenaza de una llegada masiva de productos baratos desde China forzará a adoptar medidas. La negociación comercial con China adquiere tanta importancia como la que está manteniendo la Comisión con la Administración Trump.
Las exportaciones de China a Estados Unidos cayeron un 21% en abril. El inicio de la guerra comercial empieza ya a mostrarse en las estadísticas duras. Esto ya no es un deterioro de la percepción, sino cambios reales en los flujos comerciales. Los datos publicados por Pekín el viernes muestran que la entrada en vigor de los aranceles de EEUU, anunciados el 2 de abril pero aplicados, principalmente, a partir del día 9, tuvieron ya un primer impacto significativo, con una caída del 21% respecto al mismo mes del año anterior.
