
La Fundación Humanitaria para Gaza (GHF por sus siglas inglés), la organización privada respaldada por Estados Unidos e Israel encargada de repartir ayuda humanitaria a la Franja, ha anunciado este miércoles que los centros de distribución están cerrados desde este miércoles y advirtió que el ingreso a estos puntos está “terminantemente prohibido”.
“Los centros de distribución estarán cerrados con fines de modernización, organización y mejoras en la eficiencia”, ha escrito la fundación en redes sociales. La entidad ha agregado que “debido a las actualizaciones en curso, el ingreso a las áreas de los centros está terminantemente prohibido“.
Avichay Adraee, el portavoz en árabe del Ejército israelí, ha reposteado el mensaje de la GHF y ha agregado que estará prohibido “viajar por las carreteras que conducen a los centros de distribución, que se consideran zonas de combate”. La Fundación Humanitaria para Gaza ha asegurado que retomará las operaciones de distribución de ayuda este jueves.
La GHF, creada por contratistas con experiencia en otras guerras, se ha visto sobrepasada en los días anteriores por las escenas de pánico y desesperación de los civiles gazatíes para acceder a la escasa ayuda humanitaria que entra en la Franja de la mano de la organización privada, custodiada por las fuerzas armadas israelíes.
Este martes fueron asesinadas 27 personas por disparos del Ejército israelí en las cercanías de un centro de distribución de ayuda, disparos que las fuerzas armadas reconocieron haber realizado para supuestamente protegerse de unos individuos que se habían desviado “de las rutas de acceso designadas”.
El secretario general de la ONU, António Guterres, pidió este martes “una investigación inmediata e independiente” de las matanzas perpetradas en Gaza contra personas que se encontraban en filas a la espera de comida, que se han repetido dos días consecutivos ya que este lunes las tropas israelíes también asesinaron a 31 personas que esperaban recibir ayuda humanitaria.
“Los perpetradores (de las matanzas) deben responder de sus actos”, subrayó Guterres, quien dijo que es “inaceptable que civiles pongan sus vidas en peligro, y que las pierdan, por conseguir comida”.