

Gracias al lanzamiento de su propia criptomoneda, $TRUMP, el Presidente electo de los Estados Unidos habría ganado sobre el papel 25.000 millones de dólares de la noche a la mañana —lo que supone casi triplicar su fortuna—. Este acontecimiento marca una profunda transformación: por primera vez, una figura política puede monetizar su influencia y el apoyo de sus seguidores de forma lineal.