
“Muchas veces lloré, por la ausencia, por el miedo”, dice Magallí Meda, jefa de campaña de la opositora venezolana María Corina Machado, sobre su encierro de 412 días en la embajada argentina en Caracas, sin luz, casi sin agua, con un fuerte asedio de las fuerzas venezolanas.
Esta dirigente que hoy se ve emocionada y con buen semblante contó a Clarín la pesadilla de esos días encerrada con otros cuatro opositores en los que varias veces se quebró. Pero también narró la adrenalina llegó al máximo con el rescate liderado el 6 de mayo por EE.UU.: “Todo fue muy riesgoso, muy riesgoso, O sea, nosotros nos preparamos para lo peor, pero nos atrevimos”.
-¿Cómo fueron las emociones ese tiempo en la embajada?
-En una sede apagada, sin luz a las 6:30 ya era de noche. Entonces a esa hora todos nos íbamos, muy temprano, a los cuartos y yo lloré mucho por la ausencia, por el miedo, porque obviamente es una sensación que tú no sabes cómo va a terminar. Al final ese llanto lo que te produce es una gran indignación y un deseo luchar porque todo esto es demasiado injusto. Nosotros somos inocentes, como los 900 presos hoy en Venezuela. Pero los 2000 que había antes eran inocentes, lo que te queda es una sensación de mucha responsabilidad con el país.
-¿Cómo organizaban la convivencia, la disciplina del trabajo?
-Dividíamos toda la logística totalmente. Humberto (por Villalobos) cocinaba para todos al mediodía con lo poco que había. Él inventaba. Sembró, hizo un huerto para poder sacar de ahí algunas cosas. Yo me ocupaba de mantener el jardín, yo barría muchas hojas que caían. Porque cuando yo salía y veía ese jardín completamente descuidado, me hacía sentir mal. Pero yo dije: tengo que mantener mi estado físico y emocional bien, pero además lo hacía por meditación también. Pero teníamos mucho trabajo. O sea, cada uno de nosotros tenía como su rol muy particular dentro de la convivencia y la verdad es que funcionó impecablemente.
-Ustedes seguían trabajando en la campaña. ¿Cómo lograban comunicarse?
-Antes con internet, pero cuando cortaron la luz y cortaron los sistemas de agua, se complicó. Pero teníamos un ventilador chino que era de Omar (por Omar González). Es increíble eso. Se lo había llevado la esposa porque él pasaba calor, le había llevado ese ventilador chino cuando permitían las visitas. Cuando ya no había electricidad nos turnábamos: el que tenía entrevista al día siguiente era el que cargaba el celular con el panel solar del ventilador. Eso va a ser un modelo de historia que va a ser difícil de imaginar hasta que no la contemos completa porque además tenemos imágenes de todo. Todo quedó registrado: el asedio, las amenazas con las armas, todo lo que pasó. Nos permitían un camión de agua cada 15 días, un camión cisterna. Eran tres minutos mientras bajaba el agua en la manguera: Enchufaban, pasaban 3 minutos, te mandaban a quitar la manguera. Era solo eso de agua nada más. Nosotros no podíamos bañarnos. Teníamos erupciones en la boca, porque obviamente era agua contaminada porque era del fondo. Había una piscina que se pudrió completamente porque no había motor. El agua de la piscina que se puso muy negra, la usábamos para bajar el wáter.
“Tenemos imágenes de todo. Todo quedó registrado: el asedio, las amenazas con las armas, todo lo que pasó”.
-Y sin dar detalles porque evidentemente no pueden. Cuando se enteraron como cuando el operativo empezaba a estar en marcha. ¿Qué sensaciones tuvieron?
-Bueno, mucha adrenalina. Adrenalina al millón. Todo fue muy riesgoso, muy riesgoso, O sea, nosotros nos preparamos para lo peor, pero nos atrevimos.
-¿Fue como una operación de salir, correr? ¿Cómo de cine?
-Fue una operación espectacular. Totalmente cinematográfica.
-¿Y dónde estuvieron después? ¿Siempre en Washington?
-No. Hemos estado moviéndonos para poder llegar aquí, No podemos decir más nada porque es parte del proceso, pero nos hemos estado moviendo.
-¿Y cómo ve el rol de la Argentina en todo esto?
-Espectacular. O sea, yo creo que miramos un agradecimiento infinito al presidente Milei, un agradecimiento infinito a Gabriel Volpi, que fue el ministro que estaba en la embajada cuando nosotros llegamos. Se creó con Gabriel una admiración y un respeto y una amistad para siempre, después de que a lo sacaron de la embajada. Entonces, después llegó otra persona y ya la comunicación era directa con el canciller que la relación era excelente.
-¿Y, por qué no pueden comentar los detalles de la operación ahora?
-Porque están en proceso muchas otras cosas y hay mucha gente en riesgo.
-O sea que hay en marcha otras operaciones de rescate.
-Totalmente. El objetivo es la libertad de Venezuela. Nosotros somos solo una pequeña parte.
-En la conferencia decía que el régimen de Maduro está derrumbado. ¿Las grietas dentro del régimen ayudaron a este a este rescate exitoso?